La clave es cómo, no cuánto… (Primera Parte)
Hoy elegí un tema extremadamente importante para los que ya realizan inversiones y para los que quieren convertirse en inversionistas.
Hay muchas formas de inversión, hoy trataré de nombrar la mayor cantidad de ejemplos posibles.
Sin importar si usted es empleado del correo, un médico o un empresario, la regla segura es que usted debe invertir cada mes un MINIMO del 10% de lo que gana. Hasta que no consiga concretar esto, no puede ni siquiera soñar con convertirse en inversionista.
Comencemos con las inversiones simples y con sentido común:
La semana pasada asistí a un seminario de motivación y en donde tuve el placer de escuchar a gente exitosa, uno aprende y se inspira con sólo escucharlos. Unos días antes del evento llamé a dos personas para decirles que tenía dos entradas gratis disponibles. Las dos personas por separado me dieron la misma respuesta: Daniel, gracias, pero tengo que trabajar y estoy ocupado… Ante esa respuesta pensé: Estas personas creen que yo estoy de vacaciones y no trabajo… o que no estoy tan o más ocupados que ellos.
Lamentablemente, mucha gente no sabe darle prioridad a lo que realmente más le conviene, y por eso le pasan los años y siguen con el mismo auto o viven en la misma casa.
Estas dos personas eran vendedoras y créame que el mundo no se iba a terminar y aún más, que ellos no perderían ninguna transacción por no estar disponible seis horas de un día.
Luego, durante el día del evento, tuvimos un descanso para almorzar, mientras hacía la fila para comprar mi almuerzo, me encontré con alguien conocido que estaba detrás de mí. Venía con otras dos personas a las cuales él les invitó el almuerzo que debe haberle costado alrededor de $40.00. Admiro su gesto de generosidad, pero siga leyendo. Nos sentamos todos juntos y luego él invitó café a todos, a lo que dije no gracias y terminó comprando tres cafés y una porción de torta, imagino que gastó unos $20.00, que suman un total de $60.00 mal gastados en 40 minutos.
Comenzamos a caminar para nuestros asientos y él me dice nosotros subimos aquí, señalando la escalera que los lleva al segundo y tercer nivel, le pregunté ¿en qué sección están? En la 300, le pregunté ¿llegan a ver algo?, y me dijo la verdad que no, pero tenemos un televisor delante nuestro. Me volví solo a mi asiento, pensando esta persona se gasta $60.00 en comida y no invierte $80.00 para estar en la primera fila de un evento como éste.
Gastó $60.00 en llenar su cuerpo y el de sus amigos de calorías, y prefirió no invertir $80.00 en llenar su mente y alma de energía positiva y estar cerca de estas personalidades, para mejorar su futuro.
Me quedé pensando que mi meta de ayudar a los latinos a vivir mejor cada vez es más remota, porque me desmotiva a diario actitudes como la de ese joven.
Miré a mis costados, a mi izquierda tenia a un señor anglosajón ya retirado de unos 80 años, y me dio gusto verlo ahí, luego miré a mi derecha y había otro señor que durante la charla me di cuenta que era latino y me dije, YES! Por fin un latino en primera fila, que está de acuerdo en la perspectiva de saber invertir y entender que los $80.00 eran una buena inversión. Sin embargo, a los pocos minutos, este señor comenzó a atender funciones de su teléfono inteligente y estuvo casi todo el seminario respondiendo correos electrónicos. A esto también le llamo una pésima inversión. ¿Va entendiendo el mensaje del título? Lo que importa es cómo invierte su dinero y no cuánto invierte.
Otros dos ejemplos, en febrero del 2008 un cliente me visitó para una sesión de mentoría comercial como propietario de un edifico de apartamentos en Miami y un edificio de oficinas; me comentó que hacía dos años entre las dos propiedades tenía más de $7 Millones de dólares y que hoy ni valían $5.8 millones, y que quería mi opinión sobre cuánto tiempo deberá esperar para recuperar el valor que tenían. Mi respuesta textual fue:
Le tengo una buena y una mala noticia… vamos con la mala: Ojalá hubiese venido a verme hace dos años o el año pasado y le hubiese ahorrado millones de dólares, pero no podemos volver el tiempo atrás. Ahora le daré la buena…
Yo no sé, ni me interesa saber cuántos años debe esperar para que recupere su dinero, pero le daré un consejo que espero que siga. Venda las dos propiedades ya mismo, olvídese de lo que valía y piense en que, si no vende, el año que viene valdrán menos y como resultado, seguirá perdiendo. Venda ya, ponga el efectivo en el banco y tiene dos opciones: 1. Espere un par de años y compra esas mismas propiedades por un 25% menos de lo que las vendió y va recuperando lo perdido, o me avisa y comenzamos a invertir el dinero en otras inversiones inmobiliarias.
Este Señor vendió las dos propiedades, pero no por medio de mis servicios, porque otro “colega” le ofreció cobrar 1% menos que yo. Sin pensar que ese ahorro seguramente le costó un 10 o 15% más porque un buen negociador le hubiese vendido sus propiedades por mucho más, de lo que las vendió. Resumiendo, este señor entendió que el negocio en bienes raíces se hace cuando se compra y no cuando se vende y tuvo la humildad de escuchar a otra persona y tomó acción.
El resultado fue que recibió casi $5.2 millones de dólares por las ventas, y en el 2010 esas dos propiedades no valían ni $3.8 millones.
Otro ejemplo: A finales del mismo año, vino otro cliente, dueño de varios centros comerciales, y lo primero que me dijo fue: “Vengo porque mi esposa me insistió, pero Daniel déjeme decirle que tengo muchos más años que usted y muchos más ceros en mi cuenta de banco, por lo tanto, le va a costar convencerme de algo”.
Me sonreí y le dije: Sin duda su esposa insistió demasiado… primero déjeme devolverle su cheque de por la mentoría, porque obviamente no la necesita, o mejor dicho se me haría muy difícil cambiarle en 60 minutos, una apreciación de vida que tiene desde hace décadas.
El que tenga más años o más dinero, no significa que alguien no pueda saber más que usted de algún tema. Un buen analista financiero no tiene precisamente que tener mucho más dinero que usted; con que pueda demostrar su capacidad debería ser suficiente.
Resumiendo, le di el mismo consejo que al otro señor, venda YA, y me avisa cuando tenga el efectivo. Me respondió sonriendo: Daniel, ya sabe mi respuesta… no es momento de vender, no necesito el dinero y puedo esperar. Yo sonriendo le dije: Es un gran error, y si no vende puede llegar el día que su hipoteca sea mayor que el precio de la propiedad y en ese momento ya no podrá vender como puede hacerlo hoy.
Conclusión: este caballero no vendió; no pudo vender por años porque llego a deberle al banco más del valor de la propiedad, tenía decenas de locales vacíos sin inquilinos, y sus ingresos de renta no cubrían la hipoteca. Esos fueron otros dos ejemplos de la importancia de asesorarse adecuadamente y saber cómo y cuándo invertir y no cuánto.
Esta columna se extendió más de lo que el papel aguanta, por eso seguiré la próxima semana con la segunda y ultima parte de este tema.
Hasta la próxima semana,
Daniel Rutois
Motivador financiero & Negociador
www.hispanoexitoso.com